Canet de mar se encuentra entre el Mediterráneo y el Parque Natural del Montnegre y el Corredor. El terreno es granítico y la erosión ha ido modelando las montañas y los valles formando ligeras pendientes. La cima más alta se encuentra en Pedracastell y cuenta con unos 300 metros de altitud, desde donde se puede ver el Montnegre, el Montseny y gran parte de la costa maresmense y barcelonesa.
La escasez de lluvias, exceptuando en otoño e invierno, hace que se trate de un territorio seco y húmedo por la cercanía del mar, al cual han tenido que adaptarse las diferentes especies vegetales y animales.
En el litoral podemos encontrar gaviotas comunes, gaviotas patiamarillas y las golondrinas de cola blanca.
Dentro del bosque, los antiguos campos de cultivo han desaparecido para dar paso a bosques de encina y pino piñonero. Hasta mediados del siglo XX los valles y las laderas del municipio de Canet eran trabajadas por los agricultores. Durante cientos de años, los viñedos, los algarrobos u otros árboles frutales llenaron el paisaje del pueblo. El último cultivo fue el de la fresa, que los agricultores aún cultivan en las pendientes con más suelo.
En los valles es donde se encuentra una mayor diversidad biológica.
Fácilmente se puede ver como conviven cañas, mimosas, sauzgatillos, el romero o la estepa morisco, entre muchos otros. A más altitud encontramos otras especies que han sobrevivido desde los tiempos antiguos y no han desaparecido con el avance del pino y de la encina. Este es el caso de los cerezos o los algarrobos, por ejemplo.
La fauna de Canet es bastante variada, sobretodo en lo concerniente a las aves. Con un poco de atención se puede observar al pájaro agateador, la garza, el arrendajo, la perdiz, el tarrarol capnegre y el ruiseñor. Los mamíferos más comunes son la ardilla, el ratón de bosque, el tejón, el jabalí, el zorro y la jineta.