El Maresme es una de las grandes huertas del país, rico en productos de la tierra, como lo demuestran las más de 50 jornadas gastronómicas programadas durante el año, testimonio de la riqueza y la variedad de la cultura culinaria de la comarca. Algunos de sus productos han adquirido buena fama, como los guisantes de la floreta y los garrofal, alrededor de Sant Andreu de Llavaneres, Caldes d’Estrac y Mataró; las fresas y fresones de la Vallalta, en la zona de Sant Cebrià de Vallalta, Sant Iscle de Vallalta, Sant Pol de Mar, Arenys de Munt y Canet de Mar; las cerezas d’en Roca de Arenys de Munt (en la primavera); el pescado y marisco y el tomate Montserrat o pometa del Maresme (en verano); los calamares, gambas, cigalas y almejas de Arenys de Mar; las judías (fesols del ganxet) de Malgrat de Mar y Palafolls, y las setas del Maresme (en otoño).
La cocina tiene un complemento acreditado: la denominación de origen de Alella, famosa, sobretodo, por la cualidad de sus vinos blancos. La variedad de uva autóctona que identifica este territorio es la pasa blanca. Los vinos se pueden degustar en la Fiesta de la Verema de Alella o durante la Setmana del Vi, en el mes de septiembre, y durante las Jornadas Gastronómicas del vino DO Alella, en el mes de marzo.